Martial Raysse llena de pop la primavera del Pompidou

Martial Raysse ha sido un amante del arte y de los años pop. El pintor, amante de referencias clásicas, puede desconcertar con su paleta kitsch y formatos de gran tamaño. Y es eso lo que más asombra de su retrospectiva en el Centro Pompidou, que se clausura el 22 de septiembre. 
Raysse es uno de los artistas más brillantes del arte pop. Basta referenciar su serie magistral de la desviación de los grandes maestros, a través de postales producidas en Japón. Raysse aportó un toque de gracia para el renacimiento del arte. E irrumpió en un mundo todavía congelado, gris, racionado los franceses después de la guerra. 


Su toque es tan ligero como las plumas de un pavo real. Su pintura es instintiva y poética, como un soplo que levanta polvo del arroz. Con gran claridad, el comisario de la retrospectiva, Catherine Grenier dice que la vanguardia del maestro ha sido muy poco vista en Francia. Ella inteligentemente alterna ventanas que acumulan ideas como estatuillas, dibujos, mini-esculturas y retratos de la misma gama de colores pop, kitsch brillante, del verde a morado, para explicar el énfasis de la pintura. El gran formato, además, resulta al menos desconcertante. 


Raysse comenzó sus inicios artísticos en el mundo de la literatura, camino que abandó por la pintura, "un lenguaje universal". La muestra reúne más de doscientas obras entre pinturas, esculturas, películas, fotografías y dibujos expuestos en el Centro Pompidou, en París.
Catálogo Raysse, 1960-2014 retrospectiva, editado por el Centre Pompidou, traza la ruta del artista y restaura las diferentes etapas de una visión singular, que se desarrolla a través de pinturas, esculturas, dibujos y películas. Varios ensayos y cronología, profusamente ilustrada, muestran la riqueza y la variedad de trabajos que llama tanto a la memoria de los grandes maestros y las visiones personales de artista.

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