Hola BRIC, ¿chau Mercosur? Dos décadas de Mercosur sin festejos


Mientras la presidente Dilma Rousseff comienza hoy una gira por China, encuentro entre dos poderosos del llamado grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China), el viernes pasado fue publicado en São Paulo un extenso editorial, aparecido en la prestigiosa publicación Valor Económico, sobre el Mercosur. El título recuerda la frase del tango, casi, aquello de "20 años no es nada, que febril la mirada...". Lo cierto que lo publicado en Brasil es prácticamente toda una definición: "Mercosur completa su 20 años sin conmemoraciones". Entre lo más destacado del artículo resumo lo expresado allí acerca del mercado común latonoamericano y lo que él representa, para  bien o mal, entre varios sectores de la economía de Brasil, especialmente los que deciden y tienen poder de negociación e influencia.
"Objetivos frustrados y un desempeño por debajo de lo esperado parecen haber sido los motivos de la ausencia de festejos. El comercio entre los cuatro países fundadores de Mercosur - Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay - creció diez veces desde la creación del bloque, en 1991. De US$ 4,5 billones para US$ 45 billones. Las transacciones de Brasil con sus socios aumentó en la misma proporción, de US$ 2,3 billones para US$ 23 billones. En tanto, la participación de esos negocios en el intercambio total brasilero disminuyó de 14% en el fin de la década del 90 para 11% ahora. Esto explica en buena parte una cierta falta de entusiasmo con el Mercosur en los días de hoy".
En otro tramo del editorial, se lee: "Los primeros años del Mercosur fueron su fase de oro. El comercio regional creció y el bloque ganó prestigio, negociando en conjunto con grandes socios como Estados Unidos y la Unión Europea. Multinacionales invirtieron en los países del grupo, con el ojo puesto en el nuevo mercado regional."
Y ahora se destaca el papel de Argentina, en el análisis de la publicación, cuando se afirma que "En el fin de la  década del 90, vino la crisis cambiaria brasilera, que obligó al gobierno a desvalorizar el real. El impacto fue fulminante en Argentina, que, ya hace algunos años, mantenía su Plano de Convertibilidad a costa de mucho artificio (...) Después de la turbulencia en la transición del gobierno Fernando Henrique para Lula, el país entró en un camino de expansión interna y externa. Conquistó nuevos mercados, surfando la ola  de las commodities; y ganó papel de protagonista en otros foros como el grupo Bric, al lado de China, India y Rusia".
Y mientras tanto, "El Mercosul perdió su importancia relativa y, en eso, mucho contribuyó la postura proteccionista de Argentina, que impuso barreras a varios productos de los socios, como bienes de capital, y excepciones a tarifa externa comum (TEC). Pero no quedó todo parado. Hubo avances con la creación del Código Aduanero Común, que será implementado en fases a partir de enero de 2012 y que debe eliminar la doble cobranza de la TEC, progreso en la integración energética, libre tránsito de personas y facilidades para el trabajo".
"Pero hay dificultades importantes a la vista. Una de ellas es la tradicional resistencia europea en el área de productos agrícolas, que son uno de los puntos fuertes del Mercosur. La otra y más reciente, la crisis internacional, que acentuó el proteccionismo europeo en esta área. Brasil ya no depende tanto de los vecinos del Mercosur como hace 20 años y ciertamente asumió posición en el mundo mucho más relevante que la tenía  en aquella época. Pero no puede dejar atrás a los vecinos. Como dice el consejero internacional de Lula y también de Dilma, Marco Aurélio Garcia, "Brasil no debe ser una isla de prosperidad en un mar de miserables".

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