El último libro de Christo, el artista de lo imposible (pero no)

Es una de las grandes novedades de Taschen y se trata de una edición muy particular del libro de Christo sobre su gran obra en el lago de Iseo, acompañado por las fotografías de Jeanne-Claude. La obra se anuncia como The Floating Piers 

Los que piensan en atesorar esta hazaña editorial deberán disponer de mil dólares. Es un texto único de 846 páginas, que, en principio, cuenta con edición plurilingüe: inglés e italiano. Como broche para este singular libro que muestra la visión privilegiada del trabajo de Christo y Jeanne-Claude, el ejemplar incluye un pedazo de tela original del proyecto, de color azafrán y 24 x 24 centímetros.
   
Todo empezó hace un año. Es que desde el 18 de junio al 3 de julio de 2016, 100 kilómetros al este de Milán y 200 kilómetros al oeste de Venecia, The Floating Piers (Los muelles flotantes) de Christo y Jeanne-Claude permitieron que 1,2 millones de personas caminaran sobre el agua. Un sistema modular de muelles flotantes formado por 220.000 cubos de polietileno de alta densidad recubiertos por 100.000 metros cuadrados de tela amarilla reluciente crearon una red de pasarelas de tres kilómetros sobre las aguas del lago de Iseo, uniendo tierra firme con las islas de Monte Isola y San Paolo.




“La clave es caminar”, dijo Christo sobre el proyecto. Y se refería tanto a hacerlo sobre el agua como en tierra firme. “Hay que andar cinco kilómetros para apreciar el proyecto en su conjunto, las vistas cambian constantemente, el lago, las montañas y el resto de los visitantes. La unión de todos estos elementos conforma la obra final”, resumió. La experiencia era tan táctil como visual, una maravilla multisensorial de tela ondulante, amarillo iridiscente y luz en constante cambio sobre el agua.




En esta Edición de Coleccionista (nº 161-1.000), firmada y diseñada por el propio Christo, el creador presenta esta extraordinaria obra de arte ambiental de principio a fin. A lo largo de 846 páginas se descubre el concepto original que la pareja desarrolló allá por 1970 y que consistía en crear una superficie flotante sobre aguas tranquilas, se habla del tiempo en que retomaron y le dieron un nuevo impulso al proyecto, la investigación sobre posibles ubicaciones, los avances técnicos, la producción de los materiales y la obra de arte final, que se mantuvo abierta al público durante 16 días y que atrajo a 1,2 millones de visitantes de todo el mundo.

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